domingo, 29 de octubre de 2017


Los siete saberes necesarios para la educación del futuro publicados por Edgar Morin, son una propuesta por cambiar el rumbo que sigue la educación actual, en ella se apuesta por la introducción de nuevos saberes que han de superar los obstáculos que impiden a la educación avanzar. Estos saberes se describen a continuación.


LOS SIETE SABERES NECESARIOS PARA LA EDUCACIÓN DEL FUTURO

Primer saber: Una educación que cure la ceguera del conocimiento: el error y la ilusión.

El conocimiento está expuesto a todo tipo de deslumbramientos que por lo general generan su distorsión. Por lo que es necesario ofrecer una educación que genere en los estudiantes esa necesidad de crítica al conocimiento, que tome en cuenta que no cualquier idea representa un conocimiento acabado y verdadero, sino que pueden cuestionarlas, es decir, que el alumno desarrolle la capacidad para detectar aquellos errores e ilusiones del conocimiento, y se motive siempre por la búsqueda para encontrar la verdad.

Segundo saber: Una educación que garantice el conocimiento pertinente.

La educación debe promover una inteligencia general, por lo que es conveniente que en la escuela el conocimiento no se fragmente y este dividido por áreas, debe enseñarse al estudiante el “todo” y no las “partes”, con el fin de que pueda dar respuesta a situaciones complejas, porque la vida está llena de ellas y no de realidades que conllevan la aplicación de conocimientos aislados.

Tercer saber: Enseñar la condición humana.

Enseñar la condición humana significa enseñar que todos los individuos somos semejantes y, al mismo tiempo, constituimos una diversidad. Somos semejantes en la medida que somos todos biológicamente humanos; pero somos diferentes en múltiples rasgos: en nuestra mente, que es nuestra forma de conciencia, misma que está arraigada por la cultura de la sociedad en que vivimos; es la cultura misma la que nos hace diferentes. Por lo tanto, la escuela debe enseñar a respetar esa diversidad que es inherente a todo lo humano, que cada individuo posee una identidad que debe ser respetada.

Cuarto saber: Enseñar la identidad terrenal.

Aunque todos los individuos que conforman la especie humana nos encontramos dispersos en el mundo, así como en un mismo país estamos alejados por pequeñas fronteras representadas por los límites de los estados; ello no debe hacer que las sociedades se aíslen y se vuelvan ajenas a problemas que también los involucran, y no hablemos solo de problemas que tienen que ver con nuestra Tierra, como el deterioro ambiental, aunque este saber se centre un poco más en ello, en que los individuos desarrollen una identidad planetaria; sino también a problemas sociales, que deterioran para algunos individuos su forma de vivir, y que por ser problemas ajenos (pero que en un futuro pudieran afectarnos) se les da la espalda.

Quinto saber: Enfrentar las incertidumbres.

Este saber habla de que es necesario educar para la incertidumbre, pero no solo sobre la incertidumbre que conlleva el futuro, sino también, enseñar para la incertidumbre sobre la validez del conocimiento; la escuela debe dar prioridad, precisamente, a este último punto. Enfatizando sobre él, el conocimiento que se brinda a los estudiantes en las instituciones educativas ha sido visto siempre como una verdad absoluta y hay que reconocer que ello no es así; se debe enseñar que estamos en un mundo cambiante, que está plagado de incertidumbres y que por lo tanto es necesario desarrollar un pensamiento que haga frente a estas para llegar a auténticas certezas.

Sexto saber: Enseñar la comprensión.

Enseñar la comprensión al género humano significa aprender a respetar y tolerar las ideas y formas diferentes de pensar, siempre y cuando estas no atenten a la dignidad humana; esto significa además, la apertura empática hacia los demás. Por lo tanto, una nueva educación ha de dar pie a la democracia, porque solo esta es la base de una comprensión entre pueblos y culturas.

Séptimo saber: La ética del género humano.

En este saber se enfatiza que la ética no se enseña con lecciones de moral, se refiere, en cambio a que el humano es individuo y al mismo tiempo es parte de una sociedad y una especie: una triple realidad, misma que debe basarse en los valores de la democracia, solidaridad e igualdad.

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